Abordaje de la artritis por medio de dieta basada en plantas y alimentos integrales no procesados.

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune crónica que afecta a millones de personas. Se caracteriza por dolor persistente y rigidez, y por la destrucción progresiva de las articulaciones —sobre todo en las manos y los pies— lo que lleva a deformidades paralizantes. ¿Qué podemos hacer para prevenirla y tratarla?

En un famoso estudio, controlado aleatoriamente, de 13 meses de dietas basadas en plantas para la artritis reumatoide, los pacientes fueron sometidos a una dieta vegana durante tres meses y medio, y luego fueron cambiados a una dieta lactovegetariana sin huevo durante el resto del estudio. En comparación con el grupo de control, que no cambió su dieta en absoluto, el grupo con la dieta basada en plantas tuvo una mejora significativa en la rigidez por las mañanas en el primer mes, reduciendo a la mitad el número de horas que sufrían de rigidez en las articulaciones.

El dolor se redujo de 5 sobre 10 a menos de 3 sobre 10. Se redujo la discapacidad y los pacientes informaron sentirse mejor. Refirieron mejoras significativas en la fuerza de agarre, un menor número de articulaciones sensibles, menos sensibilidad por articulación y menos inflamación, con el beneficio añadido de perder aproximadamente 6 kilos de peso y mantener esta pérdida durante todo el año. También tuvieron una disminución en los marcadores inflamatorios de la sangre, la tasa de sedimentación, la proteína C-reactiva y en el número total de glóbulos blancos.

Surge, entonces, la pregunta: ¿Por qué? ¿Qué tiene que ver la dieta con la enfermedad inflamatoria de las articulaciones? 

La artritis reumatoide es una enfermedad autoinmune, en la que el cuerpo ataca el revestimiento de sus propias articulaciones. ¿Por qué hace eso?.

Hay otra enfermedad autoinmune llamada fiebre reumática, en la que el cuerpo ataca a su propio corazón. ¿Por qué el cuerpo haría algo así?. Parece ser un asunto de «fuego amigo».

La fiebre reumática es causada por estreptococos en la garganta, y estas bacterias tienen una proteína que se parece mucho a una proteína que hay en nuestro corazón. Por eso, cuando nuestro sistema inmune ataca al estreptococo, también ataca a nuestras válvulas del corazón, desencadenando un ataque autoinmune por «imitación molecular».

La proteína de la bacteria estreptococo imita a una proteína en nuestro corazón, por lo que nuestro cuerpo se confunde y las ataca a las dos.

Por eso es crítico el tratamiento temprano de los estreptococos de la garganta para evitar que nuestro corazón quede atrapado en el “fuego cruzado”.

Los investigadores pensaron que tal vez la artritis reumatoide también podría ser desencadenada por una infección. Una pista de dónde empezar a buscar fue el hecho de que las mujeres parecen tener artritis reumatoide tres veces más a menudo que los hombres.

¿Qué tipo de infección contraen más las mujeres que los hombres? Infecciones del tracto urinario.

Así, los investigadores empezaron a analizar la orina de los pacientes con artritis reumatoide y encontraron una bacteria llamada Proteus Mirabilis.

No es suficiente para causar síntomas de una infección del tracto urinario, pero es suficiente para desencadenar una respuesta inmune.

En efecto, hay una molécula en la bacteria que se parece mucho a una molécula en nuestras articulaciones, por lo que los anticuerpos anti-Proteus que combaten la bacteria pueden dañar involuntariamente nuestros propios tejidos de las articulaciones, llevando eventualmente a la destrucción de las articulaciones.

Por lo tanto, las intervenciones terapéuticas destinadas a la eliminación de esta bacteria en los cuerpos de los pacientes, con la consiguiente reducción de los anticuerpos que combaten el organismo, deberían conducir a una disminución de la inflamación.

Las infecciones del tracto urinario se originan en la flora fecal. Las bacterias se arrastran desde el recto hasta la vejiga.

¿Cómo se pueden cambiar las bacterias del colon? Cambiando nuestra dieta.

Algunos de los primeros estudios de hace más de 20 años que trataron de cambiar radicalmente la flora intestinal se realizaron utilizando dietas crudiveganas.

En cuestión de días se puede cambiar significativamente la flora intestinal de una persona.

Cuando sometieron a personas que padecen de artritis reumatoide a ese tipo de dieta, éstas experimentaron alivio. Las mayores mejoras estaban vinculadas a mayores cambios en la flora intestinal.

Las dietas vegetarianas y veganas habituales funcionan también, cambiando la flora intestinal y mejorando la artritis reumatoide. Sin embargo, no teníamos confirmación específica de que las dietas basadas en vegetales disminuyeran los anticuerpos anti-Proteus, hasta hace poco cuando un estudio mostró cómo las personas que respondieron a la dieta basada en plantas mostraron una disminución significativa en los anticuerpos anti-Proteus Mirabilis en comparación con el grupo de control.

La hipótesis es que la dieta de vegetales redujo los niveles urinarios o intestinales de la bacteria.

El cambio de una dieta omnívora a una dieta vegetariana tiene una influencia profunda en la composición de nuestra orina —por ejemplo, hay niveles más altos de lignanos en la orina de los que comen vegetariano—. Hasta ahora se pensaba que los lignanos sólo protegían a las personas con una alimentación basada en plantas de contraer cáncer, pero ahora sabemos que los lignanos también pueden tener propiedades anti microbianas, por lo que pueden ayudar a eliminar la bacteria Proteus de nuestro sistema. Esto puede sugerir un nuevo tipo de terapia para el tratamiento de la artritis reumatoide o, por lo menos, un tratamiento complementario al convencional.

Este nuevo abordaje podría  incluir medidas anti-Proteus, tales como manipulaciones en la dieta en forma de dietas vegetarianas o veganas.

El tratamiento de enfermedades crónicas debe ser abordado por equipos multidisciplinarios y siempre basados en evidencia y, sin duda, utilizar la inmunonutrición es una herramienta fundamental.

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